En mi camino, tuve el placer de conocer a Graciela y Víctor, los gerentes del café WACO, para una dosis de frescor y un chute de buen humor. Con ganas de conocer a emprendedores que hayan creado el tipo de espacio con el que sueño, quería aprender más sobre este oficio y sobre los motivos que pueden llevar a dos personas a dejar atrás su carrera anterior para abrir un café.
Tuve la suerte de viajar y vivir en Galicia, donde mis sesiones de surf iban siempre precedidas de un buen café. Después me enamoré de Quebec, donde nació mi gusto por los coffee shops, hasta el punto de querer abrir mi propio establecimiento (soñar es importante). Este trabajo requiere creatividad, rigor, gusto por el trato con la gente y espíritu emprendedor, cualidades que esta pareja maneja a la perfección.
Diseñado a su imagen, el WACO (Waves and Coffee) es un lugar relajado y elegante, donde cualquiera puede sentirse un poco como en casa. La cocina es excelente y el café, excepcional. Para los curiosos que pasen por Galicia, encontrarán el WACO en el número 22 de la calle Alameda, en A Coruña.
Entre decoración minimalista, fotografías y café, uno viaja a través de su taza en un ambiente acogedor donde la pasión por el surf está siempre presente.
De hecho, la pareja se inició en el café de especialidad junto al surfista profesional Matt Wilkinson antes de decidir lanzarse al proyecto. El café de especialidad forma parte de lo que se conoce como la tercera ola del café. La aparición del café como producto se considera la primera ola, mientras que el desarrollo de las grandes cadenas y los distintos tipos de café corresponde a la segunda. La tercera ola, en cambio, busca que el café sea toda una experiencia: convertirlo en un producto de alta calidad respetando toda la cadena de producción, lo que se vuelve prioritario. Cada café es, por tanto, único y tiene su propia historia.
Si esta pareja resulta tan inspiradora, es porque trabajan con amor y tuestan sus granos en casa, con una vista inmejorable al mar. Con el mar justo enfrente para observar las olas, trabajan con pasión y saben disfrutar de la vida. Su día a día consiste en dar placer a sus clientes —muchos de ellos amigos—, ofreciendo momentos de calma y disfrute.
Conocerlos me hizo darme cuenta de lo que yo misma quería: ofrecer a los demás un momento de descanso en un entorno acogedor.
Si quieres saber más sobre WACO, aquí tienes un artículo del diario español La Voz de Galicia del 31 de enero de 2020.